A todos/as los que nos gusta la aviación nos sigue impactando la vida de Amelia Earhart, la mujer que supo romper con los mandatos de una época en la que sólo los hombres podían alcanzar el cielo. Supo promover un profundo debate sobre los derechos de la mujer y la igualdad de género en las primeras décadas del siglo pasado. Earhart fundó en 1929 una organización de mujeres aviadoras, «The Ninety-Nines» (las 99).
Nació en Estados Unidos en 1898. Desde temprana edad se dedicó a cumplir su sueño de ser pilota y en 1928 se animó a realizar vuelos en solitario por EEUU, proezas que eran inalcanzables en aquel tiempo para una mujer, pero ella iría por más.
Entre el 21 y 22 de mayo de 1932 se convirtió en la primera mujer en realizar una travesía por el Atlántico. Estableció además una nueva marca de velocidad al llegar a Irlanda en 13 horas y 50 minutos.
Combinó sus proezas aéreas con su militancia feminista, luchando por la incorporación de las mujeres a la actividad aeronáutica.
En 1935 logró su mayor hazaña entre las nubes al volar desde California a Honolulú. Ningún piloto/a había logrado completar semejante distancia sobre el Océano Pacifico. Todos los intentos anteriores habían terminado en desastrosas tragedias.
Durante este mismo año volvió a establecer una nueva marca de velocidad al volar sin escalas entre la Ciudad de México y Nueva York en 14 horas.
En 1937 Amelia junto a su copiloto Frederick J. Noonan intentaron dar la vuelta al mundo siguiendo la línea del ecuador en un bimotor Lockheed Electra 10-E. Iniciaron la gran epopeya el 1 de junio de 1937 volando desde Miami a Sudamérica. Desde allí irían a

África y, finalmente, a las Indias Orientales. Luego de recorrer 33.000 kilómetros, la aeronave que piloteaba Amelia desapareció el 2 de julio mientras cubría el trayecto entre Nueva Guinea y Australia. Nunca se encontraron los restos del avión, ni los de sus tripulantes.
Sobre su desaparición hay 3 teorías: la primera dice que la aeronave se estrelló a causa del mal tiempo. Un temporal muy fuerte fue reportado al momento de la pérdida del contacto radial. La segunda le atribuye la desaparición, a la falta de combustible que habría hecho que el avión se estrellara contra las aguas del Pacífico. La tercera, y menos probable de todas, es la que junta los dos factores anteriores: el mal clima y/o falta de combustible, obligaron a la la pareja a dirigirse a las Islas Marshall, entonces ocupadas por los japoneses. Allí fueron capturados, acusados de espías y ejecutados. Algunos/as afirman que tras una serie de negociaciones con el gobierno estadounidense, Amelia y su copiloto fueron repatriados en secreto a Estados Unidos, con identidades falsas para evitar un conflicto diplomático.
Su cuerpo jamás apareció pero su legado permanece intacto en la inmensidad del cielo.
En su disco Hejira de 1976, la enorme Joni Mitchell, le dedicó esta hermosa canción