Finalmente, Marcelo Bielsa, consiguió el ansiado regreso a primera del Leeds United, en su segunda temporada dirigiendo al club inglés. A dos fechas del final, consolidó el ascenso, tras darse los resultados necesarios del resto de los competidores.
Es un logro típico de Bielsa: después de 16 años de postergaciones, “el Loco” conformó un equipo fiel a su estilo, sin jugadores rutilantes y, luego que, el año pasado, el ascenso se le escapó en la recta final del torneo, este viernes -finalmente- selló el regreso del Leeds a primera división. Bielsa deberá contener el grito hasta el próximo lunes cuando por la fecha 45° visite al Derby Country.
Como no podía ser de otra manera, Bielsa, ha generado en los hinchas el magnetismo al que nos tiene acostumbrados: sus ideas futbolísticas, su estilo de conducción, sus “potables” conferencias de prensa y el lugar que le otorga a los jugadores surgidos del club, se combinaron para que, una vez más, Marcelo esté en el centro de la escena.
“El equipo de Marcelo Bielsa ha tenido una campaña fantástica en el campo, estableciendo un nuevo récord de puntos en el club, con 87 unidades, a falta de dos partidos por jugar”, remarcó la dirigencia del club, que no milita en la primera categoría inglesa desde 2004. El tradicional diario The Guardian, tituló: “Unidad, confianza y táctica, táctica, táctica”, en referencia al estilo mostrado a lo largo del torneo por el Leeds y reflejando la intensidad que Bielsa impregna al trabajo. Sin dudas, Bielsa ha hecho historia en el fútbol inglés..
En un país como el nuestro, donde el resultado es vara de eficacia y calidad, Marcelo Bielsa divide la opinión pública. Como también lo hacen Menotti y Bilardo. La catastrófica eliminación de Argentina en primera ronda del mundial Corea-Japón 2002, instaló una imagen, una asociación de “fracasado” y “vende humo” para el Bielsa DT. Es tan grande el repudio, el rechazo, el estigma sobre “el Loco”, que muy pocos han analizado las causas reales de aquella eliminación y en la retina solo quedan las fallas, los supuestos errores y caprichos (como lo fue -por ejemplo- no poner en cancha a Batistuta y Crespo juntos). A partir de allí, ningún logro de Marcelo ha sido destacado. Ni siquiera la obtención de los Juegos Olímpicos con la selección sub- 23.
El público está dividido entre el “ni olvido ni perdón” y “el tiempo te dará la razón”. Quizá, sea momento, con este enorme logro, con un equipo con historia, pero de mediano hacia abajo, sin grandes contrataciones y con un equipo al que se le nota claramente su identidad de ataque por las bandas, laterales con proyección, ritmo vertiginoso y presión alta, de detenernos a repensar su figura. A casi 20 años del mundial 2002, tras haber ascendido a un club que hace 16 años no jugaba en primera división, ¿habrá llegado el tiempo de la redención para “el Loco”?