Ante el evidente riesgo de fuga, la Justicia boliviana determinó el pedido de captura inmediato de la conservadora Jeanine Añez y de todo su gabinete por los cargos de Terrorismo, sedición y conspiración” que llevaron al Golpe de Estado que derrocó a Evo Morales tras ganar su reelección.
El Golpe de Estado que fue tramado por la derecha teocrática boliviana con la connivencia de del Presidente de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luís Almagro, desplazó del gobierno al Movimiento al Socialismo (MAS), tras 14 años de victorias democráticas y a solo días de haber obtenido la victoria en primera vuelta. Con un desconocimiento de los resultados que la OEA apoyó, Añez, Camacho y varios integrantes del conservadurismo vernáculo y varios operativos de la Embajada de Estados Unidos, entraron al Palacio del Quemado, violentando la residencia presidencial, del vicepresidente, Álvaro Lineras y de todos los funcionarios del gabinete de Morales y de los legisladores del MAS. Tras violentar la Constitución Boliviana, Añez se autoproclamó Presidenta del País.
La “terrorista” Añez criticó la decisión de la Justicia del país y acusó al Gobierno por la orden de captura para ella y los miembros de su gabinete. «La persecución política ha comenzado» expresó quien avaló las violentas razzias realizadas tras el Golpe de Estado que costaron vidas y forzaron al exilio a cientos de funcionarios, que como Morales y Linera, debieron abandonar el país en la clandestinidad porque sus vidas corrían peligro. La dictadora se despachó con un ataque al partido que acaba de revalidar y aumentar los guarismos obtenidos en 2019 «El MAS ha decidido volver a los estilos de la dictadura”. La acusación al partido que acaba de obtener el 55,1% de los sufragios, parece una broma de mal gusto que se torna en algo que debería ser una autocrítica, aunque dista de serlo: “Una vergüenza porque Bolivia no necesita dictadores, necesita libertad y soluciones».
Redacción